sábado, 22 de septiembre de 2007

las distopías en el cine (primera parte)




Desde el año 1902, cuando Georges Melies filmó "El viaje a la Luna". La ciencia-ficción y el cine han recorrido largos y bifurcados caminos juntos. Dentro de estos territorios una de las vertientes más interesantes se encuentra en el subgénero de las distopías, o anti-utopías.
Él término utopía surge de la novela homónima de Tomas Moro y representa la búsqueda del hombre por llegar a crear una sociedad paradigmática e ideal. Las distopías son el reverso, una sociedad acosada por el miedo y la pobreza, las relaciones humanas destruidas por la injusticia, oprimidas por la mentira. Existen incontables ejemplos de este tipo en la literatura de ciencia-ficción, y basada en esta, también hay toda una línea histórica a través del cine.






La película que dio el puntapié inicial fue "Metrópolis" (1926) de Fritz Lang. Basada en una novela escrita por su esposa Thea Von Harbou y con un guión escrito por ambos. La película cuenta la historia de una sociedad futura ambientada en el año 2000. El hijo mimado del amo de Metrópolis, descubre la miserable vida de la multitud de trabajadores. Los obreros integran las filas de una población subterránea cuya labor es mantener las maquinas que brindan energía a la ciudad resplandeciente, mientras que la elite vive en la superficie rodeada de lujo y esplendor. Freder Fredersen, el hijo del hombre más encumbrado llega a comprender el estado de las cosas gracias a la bondadosa María, una pacifista que no cesa de predicar la mediación en las disputas industriales, mientras trabaja en turnos infernales de 10 horas en una de las máquinas. Una revolución se esta larvando bajo tierra. Pero el dueño de la ciudad decide dar una lección y secuestra a María, y con la ayuda de Rotwang, un ingeniero desequilibrado, construyen un duplicado mecánico de la mujer. El robot incitará a los obreros a una violencia que justifique la represión que Fredersen Planea. Sin embargo, la verdadera María logrará escapar de su cautiverio y evitará la tragedia con la ayuda del hijo de Fredersen, quien a optado por ayudar a los oprimidos. Al final se impone la convivencia, aunque se apuntala sobre unos cimientos dudosamente cercanos al naciente nacionalsocialismo, dejando vislumbrar el significado de esa metáfora que Lang se propone con no poca preocupación por el futuro de su país. Del que tendrá que huir años después.




"Things to come" (1936) es la otra gran película sobre distopías del periodo entre guerras en el cine. La versión cinematográfica de William Cameron Menzies basada en las especulaciones de H.G. Wells de su libro "The shape of things to come", sobre el futuro del mundo después de que una desastrosa segunda guerra mundial destruya la civilización europea. El viaje a ese futuro propuesto se inicia en la nochebuena de 1940, momento en que la radio anuncia el comienzo de la guerra. La devastadora contienda se mantiene durante largo tiempo y la humanidad se ve sometida a un período de barbarie casi feudal, en 1966 surge una plaga letal que no será controlada hasta 1970. Y es en ese momento donde, gracias a los elementos racionales e intelectuales que hay en el hombre, la humanidad retoma el camino del progreso. Lo más memorable de esta película es su interés por una filosofía de la historia y de la naturaleza humana, y también el hecho de que predice de forma escalofriante los bombardeos que sufriría Londres solo cuatro años después de su estreno.
Los eventos de la segunda guerra mundial llevarían a que estas distopías se hicieran realidad en gran parte del mundo y no sería hasta el esplendor de la Guerra Fría que estos temas cobrarían triste vigor y anunciarían nuevamente calamidades reales que nos acompañan hasta el día de hoy.



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