domingo, 1 de junio de 2008

04--03--08 Dream Theater en el Luna Park ¡¡INCREIBLE!!

Llegamos a Argentina con mi hermano y un amigo, los dos se llaman Alejandro. Gracias a un amigo que hicimos por Internet y se la jugó por nosotros ya teníamos las entradas esperándonos. Emiliano, así se llama este chico argentino que pagó de su bolsillo y confió en nosotros. Según su pensar, a él le hubiese gustado que si la situación fuera al revés alguien comprara sus entradas y confiara. La música anula fronteras y aúna multitudes. Gracias Emiliano, espero que alguna vez podamos de algún modo corresponder tu confianza y gesto de amistad.

llegó la hora de la verdad, estar frente a frente con un artista o banda, que uno disfruta mucho a través de sus discos; es el momento culminante para confirmar o cuestionarse todo lo referente a su música. Es el instante donde sentís cuan real es la conexión que tenés con ellos y su obra.

Luego de la banda telonera, se encienden las pantallas gigantes y los acordes de “Así habló Zarathustra” empiezan a sonar; los portadores del sueño entran a escena y desde su último trabajo “Systematic Chaos” (2007) los primeros acordes de “Constant motion” se dejan oír. Pequeños problemas con el sonido al inicio de la canción se subsanan rápidamente para dejar paso a la andanada de fuerza que avasalla el Luna. Un ritmo vertiginoso da lugar a un breve silencio que nos deja escuchar con lujo de detalle las bases intrincadas del bajo de John Myung, Esto desemboca en un riff potente y acerado. Sobre eso la voz inconfundible del histriónico James Labrie se abre paso con elegancia.

El estribillo casi rapeado recuerda por momentos la sonoridad de Faith No More. El solo incendiario de John Petrucci suena a War de Satriani. Y acá se empieza a ver la gran cualidad de la banda: la capacidad de sincretismo de todas las vertientes de donde surge su música, para crear algo nuevo y arriesgado. Cada canción es una montaña rusa llena de emociones. Los sonidos progresivos del teclado de Jordan Rudess dan inicio al siguiente tema, y dejan entrever hacia donde toma el viaje, el disco es “Octavarium” (2005) y el tema “Never Enough.” Mike Portnoy arranca con una figura llena de tones para adentrarse en un ritmo sincopado. La base rítmica no da respiro ni deja espacios para el silencio. El vértigo sigue en aumento y seguimos viajando casi sin respiro. Llega el turno a una terna de canciones que dejan sin aliento y que para mí fueron lo mejor del recital: Desde uno de los discos más representativos de su carrera “Train of though” (2003), “Endless sacrifice”

La guitarra deja fluir acordes ominosos y serpenteantes, se suma el teclado doblando la apuesta con la melodía y el medio tempo de la batería y el bajo. La voz inunda el recinto y algo suena inminente. De la mano de otro mazazo de riff y un armónico parido por el Ñu metal la canción estalla haciendo temblar los cimientos del Luna. Las pantallas se convierten en un sexto integrante vital para la presentación, mostrando imágenes o planos directos de lo que tocan los músicos. Labrie se retira y deja a la banda elaborando intrincadas melodías, Rudess salta a escena con un teclado de mano (de bastante mal gusto estético) para que sus dedos soleen algo digno del mejor Tony Banks en la cúspide creativa de Genesis. El viaje continúa dejándonos sin aliento. Vuelva Labrie y da el coda a la canción. Seguimos viajando atrás en el tiempo “Six Degrees of inner turbulence” (2001) es el álbum, la canción “Misundertood”: el inicio cristalino de la guitarra con un teclado casi etéreo nos trae reminiscencias crimsonianas. Figuras percusivas aderezan la mixtura. Un remanso de calma prepara otra sacudida que surge de un ramalazo de distorsión. Nuevamente la montaña rusa nos coloca en la cima. Aún para los oídos más prevenidos es difícil no sorprenderse con la fuerza que meten en directo estos tipos. Luego del estribillo la canción retoma su cauce para dar paso a un solo digno de Adrián Belew, después de una sesión de pesas. La experimentación final del tema de nuevo sorprende por su potencia y fluidez, para terminar abruptamente.




El estadio está en penumbras cuando un lento arpegio comienza a reptar por las butacas y cada recoveco del estadio. Los encendedores buscan dar luz para intentar descifrar lo que se avecina. El teclado le agrega aires de reminiscencias orientales y la multitud estalla en una ovación. Desde “Scenes from a memory” (1999) otro de los trabajos más destacados en la discografía de la banda, llega “Home” El clima inicial desemboca en un riff zeppeliano por excelencia, la voz de Labrie se desata, tal pareciera que en este tema se terminara el recital. Cortes, cambios de tiempo y ritmo, y la vuelta a ese sonido arábigo hipnotizante. Sin lugar a dudas uno de los momentos más festejados del recital. Sin darnos descanso volvemos al presente y al último disco, la canción “The dark eternal night” para dar paso al momento más metálico del recital, así como el más humoristico a través del corto que podía verse en la pantalla. Una versión animada de la banda como si fueran super héroes dispuestos a liberar a la gente atada como marionetas a las manos de unos monstruos inmensos semejantes a lobos. He aquí otro de los grandes atributos de la banda su capacidad de pararse en los límites de todo. El humor sin miedo al ridículo los salva de ser pomposos. Su calidad técnica esta al servicio de emocionar y no de lograr demostraciones constantes de velocidad o virtuosismo. Luego vendría un breve receso para poder recuperar el aliento. Uno en las butacas parecía haber corrido una maratón a algo por el estilo. La segunda parte arranca con “Lie” para empezar a recorrer el disco “Awake” (1994) junto con “Voices” y “Erotomania” por fin el viaje llega a destino el imperdible “Images & words” (1992) para dejarnos una versión increíblemente potente de “Take the time” que arrancó a la gente de sus lugares. Vuelven al presente a través de “Forsaken” y cierran con un apoteósico final: “In the presence of enemies part 1 & 2” ¡Así como lo oyen! ¡Las dos partes juntas y com –ple – ti – tas! ¡Satisfacción absoluta para un recital inolvidable!




1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegra que Dream Theater y el rock progresivo en general causen sensaciones tan análogas, tanto en España como en Uruguay. Un (otro) saludo desde MetalProgresivo!