domingo, 3 de febrero de 2008

Guillermo del Toro: Un orfebre de lo fantástico con los pies en la tierra


Se viene en julio el estreno de “Hellboy 2: the golden army”. Una buena excusa para hacer un repaso a la filmografía de un director que en muy poco tiempo y con pocas películas se ha convertido en todo un nombre en el mundo del cine. Me refiero a Guillermo del Toro, director mexicano de trascendencia mundial debido a la calidad de su impronta fantástica. La primera película que le conocí no he tenido oportunidad de verla: Cronos o La invención de Cronos del año 1993, con la actuación de Federico Luppi. En el año 1997 estrena Mimic, una película de terror con cucarachas mutantes y un niño con capacidades diferentes (con unas cucharas descubre la manera de comunicarse con estas cucarachas bastante correosas y asquerosas) La película da algún que otro sobresalto y deja vislumbrar que hay un hombre con oficio y amor por lo que hace, y que no es un simple filmador de guiones sin personalidad. Pero es en el 2001 donde se puede apreciar su primer trabajo realmente personal.

El espinazo del diablo. Una historia que transcurre en la España de la revolución. En un orfanato para hijos de republicanos perdido en medio de la nada. En ella el fantasma de un niño sirve para que el personaje central Carlos, descubra un oscuro secreto mientras se van dejando ver los estragos de la guerra en la condición humana. Nuevamente Federico Luppi, esta vez junto a Marisa Paredes encabezan el elenco. Al año siguiente se destaca con la segunda parte de Blade, con Wesley Snipes en el papel del vampiro cazador de vampiros. Un personaje de segunda línea de la Marvel cómics. La primera dirigida por S. Norrigton es correcta pero nada más y la tercera es una verdadera perdida de tiempo. La versión de Guillermo eleva a la segunda película muy por encima de las otras dos, su cuidado diseño, el desarrollo de los personajes. Y por sobretodo un gran amor por desarrollar su cine de forma clásica. Guillermo es un tipo que no resuelve una escena con partes digitales a no ser que sea absolutamente necesario. Apuesta mucho a la puesta en escena, a los decorados, al maquillaje. El cómic y el cine ya tendrán su espacio por aquí, así que no me iré por las ramas. En el 2004 nos sorprende con una de las mejores versiones de cómic llevados al cine: Hellboy. Trabajó en conjunto con Mike Mignola el particular creador de Hellboy y heredero directo de Jack Kirby en lo que a dibujo se refiere.

Los dioses innombrables del caos son invocados a través de un portal dimensional por un Rasputín al servicio de Hitler, intentando con eso definir la guerra y la dominación del mundo, aunque esto cueste su destrucción. Los aliados logran detener sus planes y como resultado, queda en nuestra dimensión un bebé demonio, Hellboy, que se convierte en el más encumbrado enemigo de sus pares. Un expediente X dedicándose a resolver casos y cosas del más allá.


El tandem que surgió de esa filmación se convirtió en una dupla generadora y ganadora, produjeron Hellboy animated, que también les quedo muy bien y en julio se despachan con la ya mencionada Hellboy 2: the golden army.

En el 2006 Guillermo sorprende al mundo con lo que sería considerada su mejor obra: El laberinto del fauno. Una verdadera pieza de relojería a mitad de camino entre el cuento de hadas y una película histórica y sumamente política. Pero sin lugar a dudas sus propias palabras pueden definir mejor su intención y relación entre El espinazo del diablo y El laberinto del fauno: (texto extraído del boletín de cinemateca de enero del 2007) “Para mí, fascismo representa el horror último, el más grande, y por esa razón es un tema ideal para contarlo como un cuento de hadas para adultos. Porque el fascismo es sobre todo una forma de perversión de la inocencia, y, por tanto, de la infancia. Para mí, el fascismo representa, en algún sentido, la muerte del alma, como algo que te forzara a hacer elecciones terribles y dejará una marca indeleble en lo más profundo de quienes viven a través de él… El fascismo te consume, palmo a palmo, no tiene qué ser físicamente, pero si espiritualmente. Este concepto está en el corazón de El espinazo del diablo, pero creo que lo he tratado mejor en El laberinto del fauno, un film mucho más complejo, más metafórico, incluso más oscuro.”

En estas palabras, creo yo, queda bien representado el costado político y social de Guillermo. Un exquisito director, orfebre dedicado y detallista de los decorados; para él los decorados son un personaje más y los efectos especiales por computadora son el último recurso. Un excelente autor capaz de tomar los elementos más fantásticos e infundirles la vida necesaria para coexistir con la realidad sin que siquiera se note donde empieza y termina cada una. Existen rumores de que Peter Jackson lo quiere para dirigir el Hobbit. Y hay un montón de proyectos más que aguardan por su valía. En pocas palabras, hay del Toro para rato. Y eso al género fantástico le hace muy bien.